Carmelopoli

Canelo

Canelo

Primé perro prejubilao de la historia de la sivilisasión uropea que logró su másima fama en Cádi puesto que logró que le pusieran su nombre a una calle y que se creara el dicho de “hasé el Canelo” en referensia a su estraño comportamiento.

Infansia

Canelo nasió de una familia de perro de la clase acomodá. Aunque no tenía pedigrí y, de hecho, se desconosía su marca, Canelo gosaba de una vida siertamente desahogá en una urbanisasión de Canina dor con su pare y su mare. Su pare era perro de operasione antidroga pero lo que Canelo no sabía era que su plasentera vida se debía a que su pare cuando trincaba los fardo lleno de jachi se metía unos pellisco entre las pata y despué los revendía en el Perro del Moro. Eso fue hasta que un día lo descubrieron de un chivataso de un perro judío y lo metieron en la perrera de El Refugio de donde nunca volvió a salí.

Ante los poblema conómico que se le avesinaban a la mare de Canelo se tuvo que echá a la calle, pero ante metió a Canelo en un convento de los hermano fransiscane pa que le dieran una educasión y un futuro. Evidentemente, Canelo no quiso sabé ná de perro pulisía y entre perrito piloto y perro guía escogió lo de perro guía. Cuando terminaron de educarlo, los fransiscane dieron a Canelo a un señó de Chiclana que era siego (si no, pa que coño iba a queré un perro guía).

Edá adulta

Canelo vivió con el chiclanero durante un montón de año en su casa de Chiclana. El dueño de Canelo era un siego un poco borracho. Tal y como acababa de vendé los numbero se metía en un bá y no salía hasta las tanta de la noche, siego del tó. Como a Canelo no lo dejaban pasá al bá po se queaba en la puerta esperando y pasaban las hora y las hora. Él podía haberse ido a su casa a echarse un ratito y volvé despué, pero el padre Perrito le había enseñao en el convento que un perro guía tenía que sé mu profesioná y él se queaba siempre en la puerta del bá esperando.

Unos año despué el dueño de Canelo se puso malo de tanto y tanto darle el prive y en vé de irse al bá le tocaba venirse casi tó los día a Cádi a la Residensia. Asín fue como Canelo conosió Cádi, porque enmientra que el dueño estaba arriba con lo de la diálisi del riñón, Canelo se pegaba unos vueltaso mortale por Cádi. Se asercaba a San José a vé si se encontraba con el cuerpo de su mare en una hamburguesa, a Trille pa vé los camione pasá, a la playa a morsegá a las piba en bikini. Pero siempre cuando bajaba el dueño Canelo estaba allí esperándolo.

Sin en cambio, un día el dueño no volvió de Residensia y Canelo se empesó a procupá. Pensó que iguá había encontrao un bá bajando de la diálisis asín que se quedó esperándolo. Pasaron los día y los día y Canelo se dio cuenta que lo habían prejubilao por muerte del empleadó. Como no había cobrao el finiquito se quedó esperando en los alrededore de la Residensia a vé si venían los familiare del siego y ajustaban cuenta.

Vejé

Por má tiempo que esperó, nadie vino a hasé numbero con Canelo. Como le había cogio cariño a la sona, Canelo prefirió quedarse por allí a volvé al pueblo. Daba vuelta por allí, pero cada vé se asercaba meno por el Cajasú que allí estaba el Troy en aquella época y con el pestaso se le quitaban las gana de comé.

Canelo se iba hasiendo famoso por está allí parao tol tiempo, como si fuera el único prejubilao sin ná que hasé en Cádi. Pero la gente estaba acostumbrá a los de Astillero, no esperaba que un perro siguiera el mismo destino, asín que le cogieron cariño y le daban de comé, salía en las notisia del periódico,... También tuvo sus detrastore que disían que Canelo les había atacao, pero era simple envidia de unos hijos de perra porque Canelo de tan calmao que era jamá mordía a nadie.

Un desgrasiao día, Canelo olió que en el Don Pan estaban hasiendo baguete calentita y con el hambre que tenía se desidió a crusá la avenida con tan mala suerte que un cuatro por cuatro diesisai cometió un Canelisidio. La muerte de Canelo aumentó su leyenda y unos dijeron que si era nieto de Milú, otro que si había estudiao en el mismo colegio que Rintintín, que si tuvo un romanse con Lasi. Cádi, capitá del rumó.

Lo único sierto fue que Nuestra Señora se desidió a tomá carta en el asunto y mandó a Paco Viva a poné un semáforo pa que el resto de Canelos del mundo pudieran crusá la Avenida a la altura del hospitá sin arriesgá su vida y dio a una calle al lao de Residensia el nombre de Canelo siendo el primé perro en el nomenclató gaditano si descontamo a Carlos Día.

Desde entonse Canelo está en nuestra memoria y hasé el canelo es hasé el carajote porque mira que el perro llevarse dié año en la puerta de Residensia esperando y no presentarse ni a unas oposisione de seladó.

5 comentarios:

lamari dijo...

Carmelo hijo, qué bonito, qué magustao, ¡ los vellitos de punta!.
¡ qué bonito taquedao!.
Hoy un bsito no, UN PEASO BESO

P dijo...

¿Por qué usás esa ropa?

Porque la sociedad la usa.

¿Por qué la sociedad la usa?

Porque mis padres la usaban, porque mis abuelos la usaban.

¿Por qué tus padres la usaban? ¿Por qué tus abuelos la usaban?

Porque se empezó a usar hace mucho tiempo.

¿Por que se empezó a usar hace mucho tiempo?

¿Será que estamos todos metidos en un mismo paradigma?

¿Por qué estamos todos metidos en un mismo paradigma?

¿Será porque usamos la misma ropa?

kikzgades dijo...

Tú dirá que é er Juanki cogiendo idea pa la comparsa del año que viene pero pa mi keste se quiere agensiá parte de tus visitas pa su bló con la paranoia filosófica... ¡Ten cuidao Carmelo!

Unknown dijo...

taba yo ajin hoy de bajona, y me dicho amo a ver si er carmelo ha publicao ya el pó de hoy... pero como ha hecho q no, me dicio, po vamo a leer cositas antiguas q yo recuerde q a mi me gustan y ma leio, la vida de nuestro canelo (ya q yo hoy en el curro toy haciendo honor a su nombre vamo) y vamo q sigo diciendo lo mismo de siempre
¡¡me encanta!! no se puede contá mejó la vida de canelo enn!!

Anónimo dijo...

Una genialidá quillo hase siglos que no me daba una jartaa a reir.
Un saluo do abrasos y grasias por haseme pasa un guen rato.
Iñaki de Villa.

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Si quiere copiá algo de asqui, pon el dibujito